A veces dudo si es por suerte o por desgracia que los miles de turistas que visitan cada año la ciudad de Segovia se vayan sin descubrir la ciudad de la mejor manera posible: bordeándola a través de los valles de los dos ríos que la encajonan cual barco varado en mitad de la meseta. El Eresma, que baja de Peñalara y el Clamores, aunque soterrado, circundan la ciudad dejando el Alcázar cual impresionante mascarón de proa allí donde confluyen las aguas de ambos.
En este caso, comenzaremos este particular "anillo acuático" en el pintoresco barrio de San Lorenzo. Sus populares callejuelas medievales nos guiarán hasta la misma orilla del Eresma, allí donde no hace tantos años funcionaban los molinos y bajaban las lavanderas del barrio a sus labores. Este tramo, probablemente el más espectacular del río a su paso por la ciudad, puede llegar a estar cortado en la época invernal con las crecidas estacionales del cauce. Precaución en ese caso, ya que este tramo además de estrecho y sinuoso es de puro granito por lo que de estar mojada la piedra, correremos el riesgo de resbalar y pegarnos un chapuzón indeseado. (Leer más...)
Son muchas las posibilidades que esta localidad segoviana ofrece para los amantes del senderismo. De hecho, el programa de Caminos Naturales propone hasta ocho circuitos por los diferentes robledales que rodean la localidad.
Como en este caso, simplemente quería disfrutar de un bonito atardecer de desconexión, escogí uno de los recorridos que salen del área recreativa de la Ermita de Nuestra Señora de Hontanares, un agradable lugar con todos los servicios: mesas, fuentes, campas, etc...
Caminando a mano izquierda del templo, cogemos una pista/carretera que lleva hasta el mirador de Piedras Llanas, al que se llega en poco más de 1 km. Como aún es pronto, alargaremos el paseo siguiendo uno de los recorridos propuestos por Caminos Naturales: el que se adentra en el robledal, en agradable bajada, hacia el pueblo de Martín Muñoz de Ayllón. Tras salir del bosque se alcanza una pista principal, que cogeremos a mano derecha, y unos pasos más adelante, giraremos a la izquierda en bajada hacia el pueblo. Desde aquí se obtienen unas interesantes panorámicas de la Sierra de Ayllón. (Leer más...)
Para poder hacer esta ruta en otoño, que es cuando es recomendable, hay que sacar la reserva de aparcamiento en esta web y abonar la tasa pertinente.
Nos pedirán la entrada en el aparcamiento de abajo y ya podremos subir con el vehículo hasta el aparcamiento de arriba, donde empieza este agradable recorrido.
Inicialmente, con los montes en el horizonte, remontaremos el río Lillas. A nuestra izquierda tenemos un pinar pero iremos en paralelo al río por la zona de pasto.
Cuando el camino empiece a tender a izquierdas y nos lleve a cruzar un puente, empezaremos a subir por un robledal y al poco, nos empezaremos a internar en el hayedo propiamente dicho. Un poco más adelante, nos encontraremos la reproducción de una carbonera tradicional. (Leer más...)
Segovia es buena tierra para los buitres pero si bien la fama si la llevan las Hoces del Duratón, las del río Riaza no desmerecen en absoluto.
Esta ruta parte del aparcamiento de la cantera, junto a la carretera que une Maderuelo con el embalse de Linares.
En este aparcamiento encontraremos una caseta de control pues entre el 1 de enero y el 31 de julio, coincidiendo con la época de cría del buitre leonado, es necesario tramitar un permiso de paso en la Casa del Parque. En mi caso lo hice el día anterior por correo electrónico y se me concedió la autorización sin problema, la mostré en el control y listo. Para tramitarla, en caso necesario, podéis encontrar en este enlace todos los medios de contacto con la Casa del Parque.
El recorrido que haremos hoy es la denominada Senda del Río o PR-SG 6, está perfectamente señalizado en todo momento aunque tampoco hay mucho lugar a la pérdida, pues como su nombre indica, sigue en todo momento el curso fluvial. (Leer más...)
Ruta fundamental para disfrutar tanto del espectacular paisaje de las hoces del río Duratón como de un lugar de referencia para los segovianos, el paraje donde su patrón San Frutos se retiró junto a sus hermanos a llevar una vida de ermitaño.
Para alcanzar la ermita dejaremos el coche en el aparcamiento habilitado a tal efecto, al que se accede por una pista en francamente mal estado (llena de baches e incluso agujeros) por lo que si no queremos dañar nuestro vehículo conviene acercarse despacio.
Una vez aparcados, hay que coger la pista que sale tras la barrera. En apenas 400 m. alcanzaremos un maravilloso mirador que nos ofrece las mejores vistas de la ermita y los cortados que el río ha horadado en este punto. Todo ello aderezado, cómo no, por los vuelos de los numerosos buitres que viven por aquí. (Leer más...)
Tras la visita matutina a la ermita de San Frutos nos acercamos a la localidad de San Miguel de Bernuy. Desde aquí sale un sendero hasta la vecina localidad de Fuentidueña que recorre todo el embalse de Las Vencías permitiéndonos recorrer este tramo, menos conocido, de las hoces del Duratón.
En este caso (estamos a 23 de diciembre) tenemos poco margen de luz y temperatura como para hacer entero el sendero, así que optamos por hacer únicamente el primer tramo, el que nos lleva a disfrutar de las ruinas de las conocidas como "ermitonas".
El sendero se coge tras pasar el puente que cruza el río un poco antes de llegar a la iglesia del pueblo, de manera que el río quedará siempre a nuestra mano derecha a lo largo del trayecto de ida. (Leer más...)
El río Cega a su paso por la Tierra de Pinares ofrece este magnífico recorrido que puede alargarse o acortarse tanto como quiera el caminante.
En este caso, a última hora de un día de verano me acerqué a recorrer el primer tramo (y una parte del segundo), lo que me dio tiempo antes de que se fuera la luz.
La Senda de los Pescadores es una auténtica jungla en mitad de la meseta, un auténtico placer recorrerla. No tiene ninguna dificultad técnica. (Leer más...)
El desfiladero de La Yecla, de aproximadamente 600 m. de longitud, es uno de los más estrechos del país (no apto para claustrofóbicos) pues en algunos puntos apenas cuenta con un par de metros de ancho en la base de los paredones de 100 metros de altura.
Existen dos opciones de ruta, la larga, que parte desde Santo Domingo de Silos y llega al aparcamiento del restaurante que hay en la "boca sur" (7 kilómetros) y la corta, que recorre únicamente el tramo más espectacular y que es la que os traigo hoy.
En este caso aparcamos en la explanada del restaurante y ya desde aquí podemos admirar a los buitres posados en lo alto de los cortados o sobrevolando de una pared a otra. Antes de coger el sendero encontraremos un panel informativo sobre la flora y fauna de este área protegida de "los sabinares del Arlanza - La Yecla".
Una vez en este punto comenzamos el camino y apenas unos metros más adelante bajaremos unas escaleras hasta el primer tramo de pasarelas que, perfectamente habilitadas, nos permitirán recorrer el interior del cañón. (Leer más...)
Son los Montes Obarenes una de esas joyas desconocidas para el gran público de este país.
Aprovechando un viaje a Vitoria, nos detenemos en la localidad burgalesa de Cubilla de la Sierra para desde ahí acercarnos a los bellos hayedos que esconde el circo glaciar del Pico Humión.
Desde la plaza del pueblo solo tenemos que seguir la señalización que nos sacará a la pista. Un sencillo paseo nos llevará hasta la zona del hayedo, perfectamente conservado y muy tranquilo. No nos encontraremos a nadie en el recorrido excepto unos caballos bajando ladera abajo hacia el entorno de la Fuente de Yédramo. Es este un rincón de ensueño. (Leer más...)