Etapa 1: Vitoria - Altable (63,13 km. / Desnivel + 613m.)
Primera etapa de mi primer viaje cicloturista... ingenua de mí, no sabía lo dura que me iba a resultar, ni la de cosas que iba a aprender en tan pocos kilómetros.
Para salir de Vitoria hay que ir hasta la fábrica de Mercedes, donde se coge el sendero ciclable del Zadorra que nos llevará prácticamente hasta Nanclares de la Oca pasando por Víllodas.
Poco después de Nanclares, el primer escollo: hay que cruzar la vía del tren sin paso a nivel, que dicho así no parece complicado, pero cuando llevas una bici ultracargada toda precaución es poca... y es que encima el lugar está casi en curva, con poca visibilidad y subida y bajada... Solución: desmontar las alforjas para pasar primero la bici y luego el equipaje de manera más rápida y minimizando riesgos. A partir de ahí se coge un bonito sendero que transcurre entre robledal, terreno suelto y pedregoso y constantes subidas y bajadas, un auténtico rompepiernas para inexpertas como yo, que tuve que recurrir al "empujing" en varias cuestas.
Después la etapa transcurre por varios caminos entre campos de cereal. Atención también a una de las bajadas después de pasar el pueblo de Manzanos... tiene mucha pendiente y mal terreno... yo me pegué un buen leñazo, no lo vamos a ocultar...
A partir de Miranda de Ebro decidí recurrir un poco más a carreteras secundarias para llegar a Orón, Bujedo y Foncea, donde retomé el camino de parcelaria hasta Altable, dejando al fondo los Montes Obarenes, y donde decidí acabar la etapa, antes de lo planificado, porque ya era tarde, estaba cansada y el porche de la Iglesia de San Sebastián parecía cumplir los requisitos para una primera noche de acampada libre.
Imagino que para expertos en mountain bike y como excursión de un día el grado de dificultad del recorrido será bastante menor... pero para una principiante con alforjas y poca experiencia resultó bastante dura. El precio de la inexperiencia...
Etapa 2: Altable - Olmos de Atapuerca (57,72 km. / Desnivel + 618 m.)
Aunque esta segunda etapa resultó más sencilla que la anterior, no estuvo exenta de contratiempos... y tuve que lidiar con los dos incidentes más "graves" del viaje.
Salí de Altable por la carretera de Valluércanes, donde al llegar se coge un camino que nos lleva a Quintanilla San García. Hay tramos en este camino que transcurren por medio de un campo de cereal, puro y duro, por lo que hay que seguir la huella del tractor para no estropear el sembrado. Lo salvaje de esta parte te puede regalar "apariciones" como me ocurrió a mí cuando me topé con un corzo saltarín.
Poco después de esta parte más "asalvajada" se sale a una carretera que a mano derechallega a Quintanilla San García. Tras cruzar el río sale un camino bastante cómodo hacia Bañuelos de Bureba... donde me encontré con otro corzo y una liebre, rápida como yo no lo era. El duro paisaje de La Bureba resulta agreste y bello al mismo tiempo y se disfruta hasta que el camino desemboca en otro sembrado y desaparece absorbido por un densísimo campo de girasoles. Primer imprevisto de la etapa... para poder progresar atravieso como puedo los girasoles hasta alcanzar el cauce del río Bañuelos cuyo curso hay que seguir, andando, tirando de la bici con sumo cuidado para no estropear las flores y con precaución con las ortigas que protegen la ribera. Más o menos este tramo peliagudo es de 1 km pero me llevó casi una hora completarlo hasta poder recuperar el camino principal... una vez en él se llega en seguida a Bañuelos de Bureba donde, si podéis, os recomiendo visitar la escuela Antonio Benaiges: todo un ejemplo de recuperación de la memoria histórica.
Un poco más adelante del edificio de la escuela se coge el camino hacia Alcocero de Mola... los dos primeros kilómetros son de subida dura, hasta llegar a la altura de un repetidor... donde se gira a mano izquierda y ya comienza el descenso hacia el pueblo... nada preocupante salvo si como en mi caso se te rompe el portabultos enmedio de la nada... Pero volvemos a lo mismo: nuevos problemas, nuevas soluciones: lo até con cuerda de paracaidista y conseguí llegar a Alcocero de Mola donde con un poco de ayuda de unas lugareñas (en el pueblo no hay nada) pude repararlo para llegar a Burgos...
Desde Alcocero de Mola se puede salir a la antigua N-I, muy despejada de tráfico desde que se quitó el peaje de la A-1 y muy recomendable por su ancho arcén y buen trazado. Así se acometen con relativa comodidad los 10 km de subida al Puerto de La Brújula.
Ante la nada apetecible posibilidad de tener que pernoctar en una ciudad grande, al poco de comenzar el descenso del puerto me desvío hacia Olmos de Atapuerca, un bonito pueblo al que se llega por un buen camino desde la misma N-I y en el que encontré un bucólico y tranquilo rinconcito para acampar sin incidentes.
Etapa 3: Olmos de Atapuerca - Lerma (69,02 km. / Desnivel + 385 m.)
Desde Olmos de Atapuerca vuelvo a la N-I para terminar el descenso hasta Burgos, ciudad a la que se accede por la calle Vitoria y el barrio de Gamonal. En el track veréis una pequeña parada en Ciclos García, maravillosa tienda-taller donde paré a sustituir el portabultos... si os surge alguna incidencia técnica, no dudéis en visitarles.
Al verme en un entorno urbano recurro a Google Maps que me saca de la ciudad dándome un agradable paseo por un parque a orillas del río y después por amplias calles con buenos bicicarriles hasta la Vía Verde Santander-Mediterráneo, comodísimo y agradable itinerario que me saca de la ciudad, en dirección Cardeñadijo.
Poco antes del final de la Vía Verde, enlazo con un camino-atajo hacia Modúbar de la Emparedada (ocurrencia de Google Maps porque veo que en realidad la Vía Verde llega al mismo pueblo). De allí por carretera voy hacia Cojóbar donde retomo los caminos para aparecer en Olmosalbos y enlazar con una secundaria hasta Humienta.
Salgo de Humienta por un robledal guiada por el GPS y aparezco en pleno parque eólico de Cogollos - Hontoria, un auténtico laberinto donde el navegador se vuelve loco abandonándome a mi suerte e intuición. Teóricamente desde ahí sale una pista hacia Madrigal del Monte pero como no hay manera de encontrarla con Google Maps enloquecido y las pocas ganas que tenía de hacer demasiados kilómetros de más, me guié con mapa e intuición para aparecer en Hontoria de la Cantera, pueblo del que salió la piedra con la que se construyó la catedral de Burgos.
Allí, unos paisanos que no entienden que una mujer viaje sola en bicicleta, me indican amablemente cómo llegar a Madrigal del Monte para desde allí continuar hasta Lerma. Salgo de Hontoria por la N-234 hasta el cruce con la secundaria a Tornadijo, una preciosa y cómoda carretera que pasa por el inquietante destacamento militar abandonado junto a las canteras que dan nombre a Hontoria. Pasado Tornadijo, unos pocos kilómetros más y se llega a Madrigal del Monte.
En Madrigal se coge el camino de parcelaria hacia Torrecilla del Monte. Tramo de especial dificultad por el terreno pedregoso con tramos de arena levantada por las huellas de los tractores y unas cuantas subidas y bajadas difíciles de encarar con semejante suelo. Volvemos a lo de siempre, es técnico, para expertos en mountain bike que hagan esto como salida de un día, nada grave... para un cicloturista con pesadas alforjas, complicado. Al menos no es demasiada distancia.
En Torrecilla del Monte enlazamos con la ruta btt del Arlanza, "de la lana y el vino", que ya en condiciones perfectamente ciclables salvará el trecho hasta Villalmanzo desde donde en apenas 3 km. se alcanza Lerma donde decido dar por terminada esta etapa por todo lo alto, alojándome en un hostal y disfrutando de los lujos de la vida: la ducha y la cama.
Etapa 4: Lerma - Maderuelo (89,96 km. / Desnivel + 909 m)
Larga pero cómoda etapa por asfalto en la que atravesé la Ribera del Duero burgalesa casi íntegramente por carreteras secundarias, salvo un corto tramo por pista.
Salgo de Lerma hacia Solarana donde cojo el único camino de toda la etapa: una agradable pista (salvando los primeros tramos de subida) que me lleva por un bonito paisaje hasta Cilleruelo de Abajo. Allí enlazo con la carretera dirección Pinilla Trasmonte y Santa María del Mercadillo, donde cogiendo otra secundaria alcanzo Tubilla del Lago, pueblo famoso por sus bonitos murales. Siguiendo la carretera, rodeada de pinares y viñas, se desemboca en la BU-910 y por ella, finalmente, en Aranda de Duero.
Tras parada técnica en un parque a orillas del río, salgo por la N-122 hasta el cruce en dirección Santa Cruz de la Salceda. Este tramo es bonito pero en dominante cuesta arriba. El esfuerzo merece la pena pues Santa Cruz es un pueblo especialmente hermoso.
Tras un descanso para comer y rellenar cantimploras, continúo la ruta para encarar los últimos 20 km. de etapa en una carretera con bastante sube y baja, aunque no demasiado esforzado, que me adentra en el Parque Natural de las Hoces del Río Riaza hasta que el embalse de Linares aparece cual paraíso... una agradable cuesta abajo me deja a sus pies, a un kilómetro de Maderuelo, en la agradable área recreativa de la Ermita de la Veracruz, donde (legalmente) me sumerjo en sus aguas como premio de final de etapa.
Etapa 5: Maderuelo - Arcones (75,18 km. / Desnivel + 729 m.)
La idea inicial era continuar este tramo siguiendo la red de Caminos Naturales por la Cañada Real Soriana occidental pero teniendo en cuenta que en esta dirección era todo el rato subida y que un fuerte viento venía de cara, me decidí por la N-110.
La primera parte del trayecto discurre por una desierta y comodísima secundaria entre Maderuelo y Ayllón desde donde se avistan numerosos buitres leonados, un verdadero espectáculo que debemos agradecer al gran Félix Rodríguez de la Fuente, que en los años 70 impulsó el refugio de rapaces de esta zona.
Ayllón es un precioso y animado pueblecito, ideal para hacer hacer un descanso antes de encarar la mayor subida de la etapa, los 16 km. que nos separan de otra bonita localidad: Riaza.
De Riaza sigo por la N-110 hasta Cerezo de Arriba donde por un empinado camino cuesta abajo alcanzo Cerezo de Abajo, después de atravesar un paso subterráneo para cruzar la mole de la A-1.
Continúo unos pocos kilómetros por una secundaria hasta Duruelo, donde me desvío dirección Los Cortos y desde allí cojo un bonito camino hasta Siguero para retomar la N-110. Tras pasar por Casla y Prádena, se alcanza el pastoril pueblo de Arcones, donde os recomiendo acercaros a ver atardecer desde la Ermita de Nuestra Señora de La Lastra, ya a los pies de la Sierra de Guadarrama... lo de atravesarla mejor lo dejamos para mañana...
Etapa 6: Arcones - Puerto de Canencia (56,61 km. / Desnivel + 1.263 m.)
Y ahora sí que sí, no dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy: cruzar la Sierra de Guadarrama.
Se sale de Arcones por la misma N-110 para continuar unos kilómetros más hasta el cruce con la carretera del Puerto de Navafría. Desde aquí hasta culminar son 11 km., los 5 primeros bastante cómodos a pesar de la subida. Los desniveles se incrementan a partir del cruce que lleva al área recreativa de El Chorro pero también el paisaje empieza a ganar enteros, siendo cada vez un pinar más denso. Probablemente los dos kilómetros antes de llegar a puerto son los más duros, tal vez por el cansancio acumulado a lo largo de la subida, tal vez por las ganas de coronar por fin. Es duro con alforjas pero incluso sin experiencia se puede conseguir y la sensación arriba es impagable.
Como el ascenso se me dio mejor de lo esperado, en lugar de continuar por carretera hacia Lozoya, tomé la pista forestal que sale a mano izquierda del aparcamiento, conocida como "la horizontal", y que está perfectamente señalizada. Además de la tranquilidad y el recogimiento de acometer el descenso por montaña, las vistas a toda la sierra, el embalse de Pinilla e incluso las cuatro torres de Madrid, son impagables. El terreno es 100% ciclable y está en muy buen estado.
Una vez en Lozoya vuelvo a la carretera para dirigirme por la M-604 y la M-629 hacia Canencia. Parada para descansar en el pueblo (me desvié hacia la entrada para comer en el agradable rinconcito de Puente Canto, que tiene un pequeño merendero).
Recuperadas las fuerzas se encara la recta final de la etapa, la subida al segundo puerto del día... éste con menos desnivel, altitud y pendiente que el de Navafría pero casi igual de bonito. El punto más crítico son las rampas que hay como a 3 km. de coronar pero a cambio el último kilómetro no es demasiado pronunciado.
La zona del puerto de Canencia es un marco incomparable para saborear la etapa reina, rellenar cantimploras y hacer un último vivac antes de volver a la civilización.
Etapa 7: Puerto de Canencia - Madrid (68,24 km. / Desnivel + 226 m.)
Los grandes esfuerzos ya han quedado atrás y esta etapa se trata de un trámite sin ningún tipo de dificultad pero sí monótona y de marcado carácter urbanita.
El descenso por la carretera del puerto de Canencia lleva rápidamente a Miraflores de la Sierra donde se enfila dirección Soto del Real. Aquí, además de una curiosa y utilísima área de servicio ciclista (con comida, bebida y repuestos de todo tipo: cámaras, cubiertas, lubricantes, cadenas...) empieza el carril bici que ya no hay que abandonar hasta entrar en la capital.
Primero se llega a Colmenar y desde allí se pedalea paralelo a la M-607 hasta Montecarmelo, donde se enlaza con el Anillo Verde Ciclista de Madrid desde el que cada cual puede seguir en la dirección que le convenga... yo en mi caso me dirijo hacia el Manzanares y después de una semana de aventura y aprendizaje, finalmente, a casa.
Artículo publicado en Revista Cicloviaje Nº 4 (abril 2022)
Etapa 1: Vitoria - Estella (79,52 km)
Este tramo se realiza íntegramente por la Vía Verde del Vasco Navarro, infraestructura perfectamente acondicionada y llana en su mayoría. Se coge saliendo de Vitoria por lo que antes era Esmaltaciones San Ignacio y la fábrica de naipes Fournier.
Los primeros 20 kilómetros no suponen ninguna dificultad hasta poco después de la subestación eléctrica de Rotalde desde donde nos acercamos al entorno del túnel de Laminoria, que no está habilitado. Para salvar este obstáculo hay que coger la variante que recorre todo el valle ascendiendo el puerto de Guereñu por un denso y precioso bosque de robles. Este tramo, por su pendiente, es inviable con alforjas y tuve que realizar la subida íntegramente empujando la bicicleta. Son como unos 4 km. de ascenso, lo suyo es tomárselo con calma y disfrutar de las impresionantes vistas. Sin alforjas y en muy buena forma física supongo que se podrá subir pedaleando...
Para el descenso hay que tener cuidado con el terreno pedregoso (habrá tramos técnicos en los que puede que también te toque bajar de la bicicleta) y el tramo final se realiza por carretera, aunque no hay tráfico, hasta la ermita de Santo Toribio.
A partir de aquí ya nos metemos de lleno en la Montaña Alavesa y sus preciosos paisajes. El recorrido es llano con tendencia descendente por lo que se disfruta muchísimo. Será así también cuando pasemos a Navarra, solo en los tramos finales de etapa volverá a haber alguna pequeña subida.
Una vez en Estella, las opciones de alojamiento son múltiples, al ser parte del Camino de Santiago: varios albergues, hostales y hasta un cámping. Yo pasé la noche en el Albergue de Peregrinos Rocamador-Capuchinos. Lo recomiendo.
Etapa 2: Estella-Oteiza de Berrioplano (60,44 km.)
Esta etapa se realiza hasta Pamplona por el Camino de Santiago en dirección contraria a los peregrinos.
De Estella a Villatuerta hay varios tramos en los que por pendiente y terreno también tocará una dosis de "empujing". De Villatuerta a Lorca ya se pedalea casi todo el rato. De Lorca a Puentelarreina, salvo algún tramo, tampoco habrá que bajarse de la bici y además durante gran parte iremos en descenso. En Uterga conviene coger energía para afrontar la subida al Alto del Perdón que yo realicé por carretera, bastante cómodamente.
El descenso desde el Alto del Perdón a Pamplona puede realizarse sin problemas por el propio Camino de Santiago, enlazando en Zizur Mayor con la Eurovelo 1.
Una vez en Pamplona no hay problema para atravesar la ciudad pues tiene una infraestructura ciclista ejemplar. Si os queréis hospedar en alojamiento, este es vuestro final de etapa. Yo quería acampar, así que continué por el antiguo GR 21 (Camino Ignaciano) por Berrioplano y Berriosuso hasta alcanzar el Parque del Plazaola, donde un vestigio de un antiguo túnel anticipa la etapa de mañana. Tras atravesar el arco, un estrecho camino asfaltado sigue la antigua vía del Plazaola (aunque este tramo no esté aún incorporado a la Vía Verde como tal) y nos lleva a Oteiza, un pequeño pueblo que cuenta a las afueras con una recia iglesia porticada, en cuyo porche se puede pernoctar sin problema (así lo hice yo).
Etapa 3: Oteiza - Lapurtxulo (Vía Verde del Plazaola) (76,14 km.)
El grueso de esta etapa transcurre por la maravillosa Vía Verde del Plazaola. Tras un primer tramo que combina un camino agrario con la carretera N-240A desde Oteiza a Sarasa, nos adentramos ya en la Vía Verde. Una vez en ella y hasta Irurtzun se atraviesa el tramo menos espectacular paisajísticamente y el más duro, con varias pendientes pedregosas de hasta un 11% de desnivel, impropias de una antigua infraestructura ferroviaria, en las que hay que practicar el "empujing" para no perder la costumbre.
Sin embargo, a partir del área de descanso de Irurtzun empezamos a adentrarnos entre montañas, a ver ovejas latxas y caballos pastando junto a los caseríos y sobre todo, desde Latasa, cuando nos adentramos en el valle de Larraun, el recorrido se convierte en un paisaje boscoso de ensueño... especialmente al llegar a la cascada de Ixkier, antes de Lekunberri.
En Lekunberri, además de un inoportuno pinchazo, unas obras de remodelación en algunos túneles, me obligan a tomar un desvío por carretera hasta volver a enlazar con la Vía Verde, poco antes del famoso túnel de Uitzi.
Tras los 2,5 km. de túnel, sigue el bosque y los caseríos. La Vía Verde no entra en Leitza, pero yo tomé una pista asfaltada perfectamente indicada para bajar al pueblo, que sin duda merece la pena (eso sí, luego otro poco de "empujing" para retomar la ruta.
A partir de aquí el Larraun cede el testigo al Leitzaran, otro valle espectacular de paisaje similar al anterior. Ya en Guipúzcoa, se pasa por una larga sucesión de túneles, la mayoría sin iluminar y llenos de charcos (¡para darle el toque de aventura!) por los que la bici se desliza cómodamente en un llano que tiende a descender... y así se llega al parque de Otieta. Aquí, quien prefiera dormir bajo techo, puede continuar por el túnel hasta el centro de Andoain.
Los más aventureros, como yo, pueden coger la pista asfaltada que a mano derecha antes del túnel y frente al monumento al padre Recondo, comienza a ascender. Pasados los caseríos, termina el asfalto y continúa la subida (casi siempre factible de hacer pedaleando) hacia la turbera de Usabelartza. Yo decido parar un poquito antes, en el lugar de Lapurtxulo, junto a la borda (que está en bastante mal estado) y pernoctar en este precioso hayedo (¡ojo eso sí con el ganado y sus boñigas!).
Etapa 4: Lapurtxulo - Trekutz (70,41 km.)
El descenso de Lapurtxulo al centro de Andoain, de poco menos de media hora, resulta cómodo y perfecto para ir calentando. A partir de aquí, en esta etapa hay que encomendarse a la extensa red de bidegorris (bicicarriles) de Gipuzkoa para llegar hasta otro idílico punto de montaña cerca de Bergara.
Andoain, Villabona, Anoeta, Tolosa... no es el recorrido más bonito pues transcurre remontando la industrializada cuenca del Oria, atravesando casi siempre polígonos o en paralelo a carreteras. Merece la pena la parada en Tolosa, antigua capital de la provincia, para a partir de aquí, igualmente por bicicarriles, ir enlazando pueblos del Goierri: Ikaztegieta, Legorreta, la preciosa Ordizia y su vecina Beasain, Ormaiztegi y Ezkio-Itsaso... seguimos en una zona con bastante industria pero en este caso también con mucho verde y preciosas montañas.
Tras una paradita en la ermita que en el paraje de Santa Lucía - Anduaga conmemora las apariciones marianas de Ezquioga y ya por carretera, comienza la parte dura de la etapa: tendencia ascendente hacia Zumárraga y Urretxu para subir el puerto de Deskarga, eso sí, por su vertiente más corta y sencilla (máxima pendiente del 9%). Miro al Txindoki desde el alto del puerto y comienzo un alocado descenso hasta llegar a Antzuola...
Aquí, nuevamente, quien quiera alojamiento tendrá que continuar hasta Bergara. Quien prefiera montañeo tendrá que poner a prueba sus piernas o practicar "empujing" cogiendo la carretera hacia el barrio de Irimogoiena. Tras pasar por varios caseríos la carretera se convierte en pista asfaltada y con unas impresionantes vistas al Udalaitz y otros montes vascos, se sigue subiendo durante unos 3 kilómetros hasta el precioso collado de Trekutz, lugar ideal para un buen vivac, con fuente, meses y hasta un refugio en estado medio decente para pernoctar.
Etapa 5: Trekutz - Vitoria (62,71 km.)
Igual que en la etapa anterior, el descenso a la civilización es cómodo, rápido y una excelente manera de comenzar el día. En unos 20 minutos estoy de vuelta en Antzuola cogiendo el carril bici a Bergara, donde se llega en otros 10 minutos y comienza el cierre del viaje: tramo guipuzcoano de la Vía Verde del Vasco Navarro.
Al contrario que los tramos alavés y navarro del "trenico", el guipuzcoano se parece bastante más a lo visto en la etapa 4: bicicarril, polígonos industriales, carreteras cercanas... es decir, un paisaje bastante "antrópico". Al llegar a Eskoriatza se termina la infraestructura y toca subir por carretera. Todas las guías recomiendan hacerlo por la GI-3310 hasta Salinas de Léniz. Cuando iba a enfrentarme a ese puerto, un lugareño me recomendó optar por el Puerto de Arlabán (GI-627) ya que, a pesar de sumar más kilómetros, restaría pendiente y tráfico. Le hice caso y no me arrepentí, sobre todo cuando poco antes de coronar me llevé la sorpresa de encontrar el altar de los ciclistas a la Virgen de Dorleta, patrona del cicloturismo.
A partir de ahí, todo cómodo, descenso hasta Landa, comida en Etxe-Zuri y vuelta a la Vía Verde que, tras un tramo frondoso, vuelve a adentrarse sin miramientos en la Llanada Alavesa para en una recta interminable desde Legutiano hasta Gamarra, entrar en Vitoria y enlazar con el anillo verde dirección Salburua.
El viaje es cómodo (haciéndolo en este sentido, la mayor parte del mismo tiene tendencia descendente), tiene todos los servicios necesarios, pasa por paisajes espectaculares, atraviesa pocas carreteras y estamos en "territorio ciclista", donde se nos respeta y comprende, por lo que lo recomiendo encarecidamente a quien quiera conocer estas tierras o empezar a viajar en bicicleta.
Con la excusa de unir los cuatro pueblos natales de mis abuelos, diseño una ruta circular con inicio y fin en Vitoria en la que recorro las provincias de Álava, Bizkaia, Cantabria, Burgos, La Rioja y Navarra, alternando una gran variedad de paisajes y terrenos.
Yo viajo con una bicicleta MTB pero realmente, salvo por algún tramo anecdótico, puede hacerse perfectamente en una gravel puesto que gran parte de la ruta transcurre por carreteras y cuando no lo hace, hablamos de vías verdes y pistas de tierra compactada o incluso asfaltadas. Los únicos tramos más comprometidos a nivel de terreno serían la salida de Bilbao por el Camino de Santiago desde Kobetamendi hasta la carretera de Balmaseda y el último de los 3 kilómetros de Carrias a Castil de Carrias.
Respecto a las pernoctas, alterno el vivac (4 noches) con albergues (3 noches).
Etapa 1: Vitoria - Mungia (92,6 km. / 810 m. de desnivel positivo / 1.300 m. de desnivel negativo)
Salimos de Vitoria por el tramo norte de la Vía Verde del Vasco Navarro dirección Landa, desviándonos en Urbina para salir a la N-240 en dirección Legutiano, donde cogeremos la A-623 (BI-623 al cambiar de provincia) para subir a Urkiola. La ascensión a este mítico puerto es absolutamente asequible por esta vertiente que, además empieza con bonitas vistas al embalse de Urrúnaga.
Una vez coronado el puerto, se puede continuar hacia Durango, pero el descenso es más incómodo por ahí al tratarse de rampas de gran desnivel, por lo que mi propuesta es deshacer parte del camino hacia Otxandio y coger la BI-2543 (dirección Dima) hasta Igorre donde retomaremos la N-240 hasta Lemoa. Este tramo es en descenso, francamente cómodo y nos ofrecerá desde Otxandio hasta Dima unas inmejorables vistas al Parque Natural de Urkiola.
De Lemoa nos dirigimos a Amorebieta por la BI-635 y una vez atravesada la localidad, nos dirigimos hacia el barrio de Larrea para salir por la BI-4343, una preciosa y tranquila carretera llena de árboles que abandonaremos para coger, a mano izquierda, una pista asfaltada no menos bonita. Eso sí, el comienzo de la pista tiene unas pendientes que si vamos muy cargados o no tenemos las piernas curtidas, nos obligarán a bajarnos de la bicicleta.
Transcurre esta pista por un bosque de eucaliptos inicialmente y de pinos más adelante. El descenso es sombrío y agradable y termina desembocando en Larrabetzu, donde volveremos a la carretera para seguir, a mano derecha, por la BI-2713. Tras un tramo de subida llegamos a una bifurcación, que tomaremos a mano izquierda en claro descenso, dirección Mungia, Fica y Gámiz.
A la entrada de Mungia, junto al campo de fútbol de Legarda, giraremos a mano derecha para coger el bicicarril que nos lleva hasta la ermita de Santa María Magdalena, donde encontraremos una mesa bajo un porche y fuente. Lugar ideal para reponer fuerzas. En mi caso, acampé aquí, pero si lo hacéis, sed extremadamente respetuosos porque aunque mucha gente llega hasta aquí en sus paseos y entra en el recinto, teóricamente solo puede hacerse con permiso de la Cofradía.
Es un lugar tranquilo, con árboles y todo lo necesario para pernoctar en buenas condiciones. No queremos que deje de serlo, así que, discreción, sigilo y respeto si lo hacéis.
Etapa 2: Mungia - Balmaseda (54,7 km. / 850 m. de desnivel positivo / 750 m. de desnivel negativo)
De la ermita deshacemos el camino pedaleado hasta el campo de fútbol, continuando hasta Mungia. De un parque sale la Vía Verde del Atxuri, un coqueto bicicarril que nos lleva prácticamente hasta Derio (los últimos kilómetros son por carretera).
Atravesamos Derio por su extensa red de carril-bici y llegamos a Zamudio, donde nos desviaremos para coger una pista asfaltada, tremendamente empinada que sube el monte Avril... muralla que nos separa de Bilbao. Casi arriba, la pista desemboca en una carretera, donde a la altura de un restaurante, nos desviaremos para descender por el camino viejo de Artxanda hasta la ciudad.
Bilbao, al contrario que otras ciudades vascas, no es excesivamente bikefriendly... bien por su orografía, bien por sus dimensiones y cantidad de tráfico o bien por la falta de infraestructura ciclista. Es necesario extremar las precauciones.
Saldremos de la ciudad subiendo hacia Kobetamendi, una vez allí, hay que desviarse por el camino de Santiago hasta salir, a la altura de Bizkorta a la carretera paralela al corredor del Kadagua, la BI-3651 por la que llegaremos a Alonsótegui. Un poco más adelante, enlazaremos con la agradable Vía Verde del Kadagua que por Sodupe, Güeñes y Zalla nos lleva hasta Balmaseda, donde termina la etapa.
Por 17 € la noche en temporada alta, uno se puede alojar en el albergue municipal de la calle del Castillo. Es necesaria reserva previa, pero puede ser en el mismo día. Además del dormitorio compartido y ducha, el albergue cuenta con cocina y lavadora. El único "pero" para ciclistas es que para acceder hay que subir un tramo de escaleras, como de 50 escalones, bastante empinados.
Etapa 3: Balmaseda - Valle de Soba (66,6 km. / 1.680 m. de desnivel positivo / 1.440 m. de desnivel negativo)
Dejamos Balmaseda cogiendo la carretera BI-630 en dirección valle de Carranza y Ramales de la Victoria. Aunque vamos ganando altura, son rampas tendidas y cómodas, amenizadas por la belleza de los paisajes que transitan rodeando las faldas del mítico Kolitza.
Sin darnos cuenta, entraremos en el pequeño enclave cántabro de La Matanza y el valle de Trucios, a partir de donde acometeremos la subida al alto de La Escrita, que no es nada duro desde esta vertiente. Una vez arriba, volvemos a Euskadi y comenzamos un precioso descenso por el valle de Carranza.
A la altura de la gasolinera Petronor de Ambasaguas nos desviaremos a mano izquierda en dirección a Concha, epicentro social y administrativo del valle, siguiendo la BI-3622.
Continuaremos paralelos al cauce del río que da nombre al valle y lo cruzaremos por el puente que indica dirección Aldeacueva. Esta carretera es una de las muchas de esta zona que no tiene ni nombre y apenas tráfico. Este tramo es un auténtico rompepiernas con fuertes pendientes, jalonadas eso sí, por vistas de singular belleza y espectacularidad.
Una vez en Aldeacueva cogeremos una pista asfaltada, a mano derecha, en dirección a La Calera del Prado. Aunque seguiremos ganando altura, ya será de una manera mucho más comoda y adentrándonos en un precioso bosque.
Al llegar al aparcamiento de Las Arreturas termina la subida y se abre una vista espectacular que nos acompañará durante el cómodo descenso a La Calera del Prado. Continuamos hacia El Prado, ya estamos en tierras cántabras, y sin desviarnos de la misma pista, acabamos desembocando en la N-629.
Tras 2-3 kilómetros de subida cogeremos el primer desvío, por la CA-662 dirección Rehoyos. En otro bonito descenso iremos adentrándonos en el valle de Soba y la tranquilidad, rota únicamente por el cencerro de alguna vaca, nos envolverá aún más si es que era posible.
Después de Fresnedo, la carreterilla se convierte en una pista de firme bastante irregular. Llegaremos a Rehoyos y bordeando el pueblo subiremos hasta el cementerio, lo pasaremos y giraremos a mano derecha para descender a la vecina Santayana.
Continuamos ahora por la CA-663, también sin tráfico apenas y al llegar a una bifurcación entre Villar o Ramales, seguiremos a mano izquierda en dirección a la primera. Empieza aquí otra buena subida, aunque de apenas un par de kilómetros hasta Villar.
Pasamos el núcleo de población y continuamos sin desviarnos ya, subiendo y bajando, hasta Bustancillés donde seguiremos la indicación hacia el Albergue de Soba, alojamiento super recomendable donde por 15 € la noche podréis descansar en dormitorio compartido, daros una buena ducha y desayunar (está incluido en el precio... y la mermelada casera de Cristina merece muchísimo la pena). Es una casona idílica, tiene también cocina compartida y las vistas, una vez más, increíbles.
Esta etapa es, a la vez, la más dura y la más bonita del viaje. Merece la pena tomársela con toda la calma del mundo y disfrutarla lo máximo posible.
Carranza y Soba son sosiego y belleza... pero las montañas que los circundan, no perdonan a las piernas del ciclista. A pesar de transcurrir por asfalto, estamos hablando de carreteras sin tráfico y pistas secundarias que unen pequeños núcleos de población, por lo que no merece la pena meterse en "embolados" mayores por caminos.
Etapa 4: Valle de Soba - Trespaderne (74,8 km. / 1.100 m. de desnivel positivo / 950 m. de desnivel negativo)
En esta etapa atravesaremos las montañas para dejar atrás los valles del norte y adentrarnos en la meseta por Las Merindades.
La salida del albergue hacia Lavín y hasta alcanzar la carretera CA-256 va por pistas que enlazan una sucesión dura de cuestas cortas pero empinadísimas. Una vez en carretera avanzaremos hasta la bifurcación en la que comienzan los 9 km de subida al mítico Portillo de La Sía (CA-665).
Si bien no es un puerto fácil tampoco es tan infernal como lo imaginaba... con alforjas el problema es más la longitud, se hacen largos los kilómetros, que la pendiente, que es en general muy tendida y asumible. Nos acompañarán por el camino el vuelo de los buitres y las vacas pastando apaciblemente. Tráfico apenas nulo (dos coches y un par de motos en toda la subida) y vistas de escándalo.
En el alto encontramos un mirador y un refugio que, a buen seguro, en temporadas más frías, es de agradecer, pues estamos a 1.200 m. y junto a un parque eólico, es decir, que el viento sopla...
Empezamos la bajada, muy cómoda a pesar de las curvas y la pendiente hasta Espinosa de los Monteros. Saldremos del pueblo cogiendo la carretera de Baranda a mano derecha, en dirección a ese pueblo, las piscinas y el propio campamento juvenil de Espinosa.
En Baranda cogeremos la CL-629 hasta Gayangos, donde saldremos por una pista asfaltada (conocida como carretera de Gayangos) que desemboca en Bárcena de Pienza, donde enlazaremos a la N-629 a Medina de Pomar y que no abandonaremos ya hasta el final de etapa.
Pasado Trespaderne continuaremos unos kilómetros para visitar, al pie mismo de la carretera, el complejo eremítico de las "Cuevas de los portugueses". Después desharemos un poco el camino andado hasta el puente de Valdecastro que cruza el Ebro en dirección Cillaperlata. Pasaremos una agradable área recreativa a orillas del río y cuando veamos el cruce con el GR-99 (Camino Natural del Ebro) adentrarse en el bosque, seguiremos por él hasta la cercana pero oculta ermita de Encinillas.
Yo pernocté aquí, a duras penas por las tormentas... pero si el tiempo es bueno, el lugar es recogidito y tiene mesas. Carece de fuente y hasta las 21:00 en verano, está el retén forestal, por lo que no conviene dejarse ver por los alrededores antes de esa hora. Y como siempre, sed respetuosos, discretos, limpios y aquí, no hagáis fuego, pues además de estar prohibido estamos en un pinar.
Etapa 5: Trespaderne - Belorado (72,4 km. / 810 m. de desnivel positivo / 550 m. de desnivel negativo)
Lo "peor" del viaje en cuanto a "rompepiernas" se refiere, ya ha pasado. La etapa de hoy deja atrás puertos y valles y se adentra en la meseta. Es una auténtica pena que aún no esté terminado el tramo burebano de la Vía Verde Santander-Mediterráneo... y aunque hay quien se atreve a transitarlo desviándose en las zonas de los puentes que no están habilitados, yo al estar inmersa en un viaje largo, no arriesgué. A buen seguro que volveré para pedalearlo.
Salimos del escondite de la ermita de Encinillas y volvemos a la N-629 para adentrarnos en el espectacular desfiladero de La Horadada. Al llegar al cruce con la N-232 seguiremos en dirección a Oña, centro neurálgico del Parque Natural de los Montes Obarenes-San Zadornil y prolongaremos nuestra estancia en esta carretera hasta llegar a Cornudilla. Aquí nos desviaremos por la CL-632 para llegar a Briviesca.
En la rotonda de enlace con la A-1 cogeremos la comarcal BU-710, dirección Belorado, que se adentra en el páramo burebano y los campos de cereales. Si tenemos suerte, como en mi caso, algún corzo nos echará una carrera o se nos cruzará. El cambio de paisaje con etapas anteriores es notorio pero igualmente llamativo.
Pasado Bañuelos de Bureba llegaremos al cruce con la BU-711 que tomaremos para llegar a Carrias. Atravesaremos el pueblo y al llegar a la iglesia nueva, saldremos a un camino pedregoso que nos llevará al pueblo abandonado de Castil de Carrias, ahora frecuentado por cazadores, por lo que en temporada habrá que tener algo de cuidado. En los campos de cereales que jalonan estos 3 km. de camino técnico sí que se dejan ver corzos saltarines... pero no nos vamos a engañar, nos tocará bajarnos de la bicicleta más de una vez (tranquilos, es lo más duro de la etapa y merece la pena el rato de aventura).
El pueblo aunque abandonado está bien conservado y bien merece la pena "colarse" en su iglesia, si no somos especialmente miedosos.
Dejando la iglesia a nuestra espalda salimos de nuevo a pista asfaltada que al poco vuelve a desembocar en la BU-710 y que no dejaremos hasta llegar a Belorado.
Es este pueblo un buen final de etapa pues pasa el Camino de Santiago y son múltiples las opciones de alojamiento. Yo quise quedarme en el albergue El Salto, especializado en viajeros en bicicleta, pero no les quedaba sitio... al final terminé en el albergue de peregrinos "A Santiago", muy económico (10 €), tranquilo y con piscina.
Etapa 6: Belorado - Elciego (64,6 km. / 390 m. de desnivel positivo / 730 m. de desnivel negativo)
Etapa de absoluta recuperación, prácticamente un paseo... pero no desmerece en absoluto.
Empezaremos atravesando la denominada "riojilla burgalesa", en paralelo al cauce del río Tirón. Rectas y llanos interminables en los que se van sucediendo pueblos nada más entrar en La Rioja: Tormantos, Leiva, Herramélluri y su coqueto puente romano, Ochánduri, Cuzcurrita de Río Tirón, Tirgo, Casalarreina... a partir de aquí empezaremos a encontrar las extensiones de viñedos que dan fama a esta zona. En Briones, dejaremos el asfalto para coger un camino, que entre viña y viña nos lleva hasta San Asensio. Retomamos la carretera y pasamos al pie de un toro de Osborne, es una buena oportunidad para ver uno de cerca (yo no la desaproveché y me hice unas fotos). Cogemos el desvío a Baños de Ebro y una vez cruzado el río entramos de nuevo en Euskadi, en la conocida Rioja Alavesa.
Los últimos 7 kilómetros de la etapa hasta Elciego transcurren por una carretera tan sumamente secundaria que es más bien una pista bien asfaltada, también entre viñedos y a la sombra de la Sierra de Cantabria.
Una vez en Elciego, si se quiere acampar, lo mejor es aprovechar cualquiera de los numerosos miradores que hay en los caminos que circundan la localidad y que cuentan con unas panorámicas de escándalo. En mi caso, el azar me llevó al conocido como "Entre miradas", que a pesar de estar a pie de un camino, me permitió un descanso de ensueño con vistas al pueblo por un lado y a infinitos viñedos por otro.
Etapa 7: Elciego - Arróniz (60,2 km. / 790 m. de desnivel positivo / 800 m. de desnivel negativo)
Salimos de Elciego por carretera en dirección a Lapuebla de Labarca por la A-4208, enfrentando nada más empezar unas rampas de escándalo. Por suerte "el martirio" dura poco y aunque se sigue subiendo, la pendiente es mucho menor.
Atravesaremos Lapuebla de Labarca y bajaremos hacia el Ebro para coger la A-4202 hacia El Campillar. Esta carretera presenta poco tráfico y unas impresionantes vistas a la Sierra de Cantabria, más viñedos y a la montaña conocida como "el león dormido", cuyo icónico perfil nos acompañará prácticamente durante toda la etapa.
En El Campillar giraremos a mano derecha para incorporarnos a la N-232a hasta llegar a Assa, donde cruzaremos a mano izquierda para salir al Camino Natural del Ebro GR-99 por el que, nuevamente entre extensiones de viñedos, alcanzaremos la localidad de Oyón. Enlazaremos aquí con otro camino vinícola que, en pocos kilómetros, nos dejará en Moreda de Álava, por donde una vez más abandonaremos Euskadi.
Salimos por la carretera de Viana y entramos en Navarra. Al llegar a esta localidad nuevamente encontraremos trasiego de peregrinos. Continuamos por la NA-1110, una carretera incómoda hasta la Ermita del Poyo por la fuerte subida, las curvas cerradas y el trasiego de moteros... las vistas tampoco son gran cosa pues está todo muy seco. Desde la ermita hasta Torres del Río tendremos una breve tregua en forma de descenso, pero nuevamente tendremos un kilómetro de potente subida hasta Sansol.
Continuamos en dirección Los Arcos, ya en bajada y línea recta y al entrar en la localidad, giramos a la derecha por la NA-129 en dirección al famoso circuito y a Sesma. Pasado el punto kilométrico número 22 encontraremos un camino rural que sale a izquierdas, perfectamente señalizado en dirección Arróniz y que se adentra en la extensión cerealista. Cuidado en época y horas de caza porque es coto de codorniz. Salvo cazadores y pastores con sus ovejas, no pasa nadie por aquí.
En medio de esta llanura se aprecia a lo lejos a mano izquierda la ermita de Santa Cecilia, donde pernocté en la más agradable soledad. No hay fuente, ni mesas, ni porche, pero sí mucha tranquilidad. Para llegar a ella hay que coger el camino que sale a la altura de unos corrales y avanzar hacia el templo. No tiene pérdida.
Etapa 8: Arróniz - Vitoria (80,1 km. / 870 m. de desnivel positivo / 780 m. de desnivel negativo)
Desde la ermita de Santa Cecilia podemos retroceder al camino principal en dirección a Arróniz o podemos hacerlo, más directamente, dirigiendo nuestras pedaladas hacia la curiosa Sierra de Arrosia. Escogí esta segunda opción por más corta y porque este accidente geográfico tampoco presenta desniveles exagerados. Además, las vistas y el recorrido son más bonitos.
Una vez en Arróniz cogeremos la carretera NA-6340 hasta Ancín. Bastante cómoda salvo los primeros metros de subida. Ya en Ancín, enlazamos con la Vía Verde del Vasco Navarro, que solo abandonaremos para esquivar la famosa variante de Laminoria.
En su lugar, en el cruce antes de entrar en Maeztu, nos incorporaremos a la carretera A-132 para subir el Puerto de Azáceta, que no presenta ninguna complicación... es muy tendido y apenas son un par de kilómetros lo que se puede considerar verdadera subida.
Nada más bajar el puerto, llegamos a Eguileta, donde atravesaremos el pueblo para retomar de nuevo la Vía Verde que ya no abandonaremos hasta llegar de nuevo a Vitoria.
El viaje alforjero de este año consistió en salir de mi casa en La Lastrilla con destino Vitoria para visitar a la familia.
Lo realicé en 6 etapas, del 2 al 7 de septiembre de 2024.
Etapa 1: La Lastrilla - Sepúlveda (76,23 km. / 1.101 m. de desnivel positivo / 1.196 m. de desnivel negativo)
Etapa 2: Sepúlveda - refugio de Costalago (96,08 km. / 947 m. de desnivel positivo / 847 m. de desnivel negativo)
Etapa 3: Refugio de Costalago - Riocavado de la Sierra (55,75 km. / 807 m. de desnivel positivo / 606 m. de desnivel negativo)
Etapa 4: Riocavado de la Sierra - Ezcaray (67,4 km. / 741 m. de desnivel positivo / 1.239m. de desnivel negativo)
Etapa 5: Ezcaray - Labastida (44,14 km. / 216 m. de desnivel positivo / 377 m. de desnivel negativo)
Etapa 6: Labastida - Vitoria (41,65 km. / 763 m. de desnivel positivo / 866 m. de desnivel negativo)
La mayor parte del recorrido fue por carreteras secundarias, agradablemente ciclables, aunque aproveché también diferentes caminos: algunos tramos del camino de San Frutos, un tramo de la Vía Verde de la Sierra de la Demanda y la Vía Verde del río Oja así como alguna que otra pista forestal o entre viñedos.
No tiene una dureza excesiva pero sí se suben algunos puertos como el del Manquillo, el alto de Pradilla, el de Rivas de Tereso (estos dos fueron parte en esas mismas fechas del recorrido de la Vuelta a España) y el puerto de Vitoria.